viernes, 23 de noviembre de 2007


me he perdido por las calles de Rumanía

las paralelas por detrás de la gran Bulevard Carol I esconden un mundo aparte, totalmente distinto a lo que se encuentra en ella. Los perros y las gallinas comparten el mismo espacio de tierra...los perros que por sus pelo, por la cantidad de ellos que hay y por su color blanco sucio parecen ovejas.
Los cuervos aparecen de cualquier rincón, en cualquier árbol, en cualquier esquina.
Hay un roble que tiene toda la pinta de centenario al que llaman monumento natural. Está en medio de una parcela y rodeado de casas de color amarillo...
He descubierto el punto limpio de Iasi...es el lugar donde se recicla. He descubierto su excéntrica situación. He descubierto quién recicla...no es el camión de la basura.

Un niño cantaba sentado encima de una tabla de madera mientras jugaba con un destornillador y minutos antes había escuchado a los niños dentro de la guardería cantar al unísono...al calor...no en la intemperie de la calle...esa q me devolvería a otra de las grandes avenidas que ocultan lo que se esconde tras de ellas

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