jueves, 19 de julio de 2007
Había una vez un ciclamen
...un día llegó a Santiago...
era tal el ruído que tenía que soportar a las mañanas
que se deprimió
...hasta el punto de perder sus flores...
entonces su dueña apenada decidió
que aquella no era la vida que esa plantita merecía
y arriesgó su integridad física (la de la planta)
...transportándola en un Freire indirecto hasta su casa...
fue tal el cariño y cuidado que aquel ciclamen recibió en Lugo
...que comenzó a florecer de nuevo...
y ahora vuelve a ser una hermosa planta que alegra la vista :D
de los errores se aprende y yo no quiero seguir el ejemplo de mi ciclamen...no me quiero marchitar en Iasi...es más quiero marcharme yaaaaaaaaaaaa!!!!!
...y evitar ese pasode transición del aeopuerto...
hacedme llorar ahora para llegar sin una lágrima a septiembre
por favor!
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